................... WAY TO IRONMAN: Sailfish Berga weekend

Ha sido un gran fin de semana de compecición, y en família.

Tras testar el neopreno el sábado por la mañana en el agua cristalina del río Margançol (Borredà), en el que más de un valiente se metió sin neopreno. Ducha rápida, y nos dirigimos Jordi y yo al clínic que ha montado Sailfish en el centro deportivo municipal El Tossalet. Al pasar por el pantano dirección Berga, no puedo evitar sentirme nervioso al ver las boyas colocadas marcando el recorrido que nos esperaba.

En el clínic tuvimos la suerte de tener por "entrenadores" a la campeona del mundo Erika Villaécija junto con Xavi Llobet, sobradamente conocido triatleta olímpico y dos tiburones olímpicos también, como Damián Blaum y Esther Núñez, que en competición se enfrentan a distancias de 80km en mar abierto... Palabras mayores.

Entreno ducha rápida briefing de la travesía y al terminar sorteo de productos Sailfish, del que salí con un Sailfish Blade. Un gran comienzo.

Domingo, madrugo, desayuno con mi mujer y mis hijos , es la 1ª vez que los peques vienen a verme. Salimos hacia el pantano, allí nos encontramos padres, hermanas, suegros, tía, cuñados y sobrinos... Un besazo a todos ellos por acompañarme en mi primera travesía.

El pantano espectacular, lleno en un 95% de agua fría, muy fría 15º. A las 10 A.M empieza todo. Entramos en el agua a calentar (por llamarle algo). Al entrar, con el agua tan fría y los nervios, no soy capaz de dar más de tres brazadas seguidas. Nos llaman para dar la salida y seguidamente hacen sonar la bocina. En la salida me veo bien, mejor de lo que pensaba, y poco a poco, me vengo arriba al ver que voy pasando gente. Cojo bien todas las boyas de los primeros 2500m, al ser poco más de 50 personas inscritas en los 5000, nado muy tranquilo y no veo a casi nadie en toda la travesía. Llego al punto de avituallamiento sediento, un trago de Powerade, y sin perder mucho tiempo me dispongo a coger a un pequeño grupo que tengo delante. El tramo de vuelta, noto una ligera contracorriente, ¿?. Siento la punta de los pies helada, los dedos adormecidos, intento no obsesionarme y al notar algo que me golpea el pie, acelero un poco y adelanto a un hombre al que los metros le van pasando factura. Paso el puente, y encamino la recta imaginaria a meta, en la que me reencuentro con mi familia.